Magnífico universo el de Christian Dior.
No sé que os habrá parecido, pero a mí me ha dejado sin palabras!
Galliano vale, siempre destaca por destacar, pero esos vestidos tan voluminosos, esos colores tan flúor, tan especiales y diferentes, esas telas, retoques, accesorios... Impresionantes.
Pero mi pregunta es ¿Quién se atreve a llevarlos? Algunos pasan, pero los últimos vestidos son tan tan TAN que merecen ser guardadas como prendas fetiche detrás de una vitrina.
A mí me daría miedo si quiera tocarlos! Me quito el sombrero ante él, totalmente... Además ese juego con la decoración ese naranja, ese magnífico naranja de las flores que se sitúan al fondo de la pasarela aun dan un mayor juego a los colores de los vestidos, o más bien, de las obras maestras.
Estos vestidos me recuerdan en sí mismos a flores, flores exóticas que hay que guardar entre paños de seda, que han asomado la cabeza gracias a los primeros rayos de sol de una nueva etapa.