La envidia

"La envidia es la religión de los mediocres.
Los reconforta, responde a las inquietudes que los roen por dentro y, en el último término, les pudre el alma y les permite justificar su mezquindad y su codicia hasta creer que son virtudes y que las puertas del cielo sólo se abrirán para los infelices como ellos, que pasan por la vida sin dejar más huella que sus traperos intentos de hacer de menos a los demás y de excluir, y a ser posible destruir, a quienes, por el mero hecho de existir y de ser quienes son, ponen en evidencia su pobreza de espíritu, mente y redaños.

Bienaventurado aquel al que ladran los cretinos, porque su alma nunca les pertenecerá."

Carlos Ruiz Rafón.

9 de noviembre de 2011

Quien la sigue la consigue, y lo nuestro suma y sigue.

Sabes esos días en los que todo es tan oscuro, esos días en los que tu cama es tu única amiga y tu pensamiento tu único compañero. En los que hablas de estar tranquilo y en el fondo estás temblando. Aquellos días que crees que nunca terminarán, que se hacen eternos y que cada hora que pasa ves como todo es más y más negro.
¿Sabes eso días?
Pues ella hace que esos días no existan.

Dicen que del dolor se aprende, que el dolor te hace cambiar, que te hace sentirte "extraña", te hace olvidar quién eres o quizás, mejor, quién eras. Hablan del dolor como un puñal, pero no cualquiera, el más preciso, el más dañino, que se queda dentro y no te abandona. Deja ese momento en el cajón de los recuerdos
De lo que no hablan es de su sonrisa después de la tormenta, de sus ganas de vivir, su pelo y su olor
No hablan de su magia, su chispa, el brillo de sus ojos y de su increíble presencia. Y tampoco de lo preciosa que está, radiante, magnífica y tremenda e increíblemente especial.
Ella sabe qué es navegar cuando hay tormenta, ella sabe de batallas perdidas, al igual que cree haber perdido la ilusión. Pero lo que no sabe es que ésta, está llamando constantemente a su puerta, y tampoco sabe que la misma brota de cada una de sus sonrisas. Y lo mejor, que pronto todo se quedará en un despertar. Ella canta por las noches por no gritar. Ella cree que busca lo que no tiene y que tiene lo que no busca.
Pero no se da cuenta, no se da cuenta, de que ella lo es todo.
Tras la ventana, siempre queda aire por respirar. Y tu ventana es la más grande de todas, solo tenemos que abrirla.
Lo que no sabe es que es un sol que alumbra el mundo, y que la luna sonríe mientras mira sus grandes tonterías.
Crónicas de una suerte no anunciada con antelación, que nos llena los bolsillos de esperanza, y voy a hacer de los tuyos un saco sin fondo, impermeables, antibalas, y sobre todo anti-malaspasadas y anti-malassensaciones. 
Y no, ella no necesita explicación. Ella es explicación en sí misma y sobra, con solo mirarla para saber quién es, quién será. Esa maravillosa persona que a veces no se encuentra, que cree estar eclipsada por un "yo" que no reconoce. Un ser excepcional y más que único. Ella es de las que se levanta de la cama y está increible. Ella es de las que irradia personalidad, autenticidad y carisma. Sus acciones le delatan, y un minuto de su tiempo ya hace que le quieras para siempre.
Porque fueron muchas noches en las que no podía dormir. Y por ello toca recuperarlas al ritmo de melodías imposibles y la compañía de esas musas que jamás se apartarán de su lado, para recordarle una y otra vez quién es. Y, sobre todo, para darle ese empujón que necesita a veces, cuando su cuerpo flaquea y grita en silencio.
Olvidarnos del tiempo perdido. Las lágrimas no se derraman por una razón y todo en esta vida se ve recompensado, sobre todo cuando la recompensa va para alguien cuyo corazón tiene diez metros de diámetro.
Felicidades princesa. Vamos a comernos el mundo. Te quiero.
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