Ya era hora...
24 de junio de 2009
Eternas bailarinas.
El moño, simplemente, su moño. Aquellas dulces mujeres que nos deleitan mientras sufren de dolor al sostener su diminuto cuerpo con la punta de sus dedos, han marcado, han dejado huella.
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Be cool
Él.
Para mi corazón basta tu pecho,
para tu libertad bastan mis alas.
Desde mi boca llegará hasta el cielo
lo que estaba dormido sobre tu alma.
Es en ti la ilusión de cada día.
Llegas como el rocío a las corolas.
Socavas el horizonte con tu ausencia.
Eternamente en fuga como la ola.
He dicho que cantabas en el viento
como los pinos y como los mástiles.
Como ellos eres alta y taciturna.
Y entristeces de pronto como un viaje.
Acogedora como un viejo camino.
Te pueblan ecos y voces nostálgicas.
Yo desperté y a veces emigran y huyen
pájaros que dormían en tu alma.
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